sábado, 29 de enero de 2011

De Twitter y la estupidez humana

Estoy enganchada a Twitter. Lo confieso. Me parece estupendo esto de poder leer de primera mano, sin filtros, lo que escriben todo tipo de individuos, desde Obama (bueno, de este sospecho que no lo escribe él mismo) a Tarantino, desde Risto Mejido a Jesús Calleja, en 140 caracteres y sin que dé tiempo ni espacio a aburrir al personal.

Últimamente parece que Twitter es la fuente de información principal de esa profesión tan en horas bajas que es el periodismo. Imagino que los becarios de PRISA lo tienen más fácil para conseguir declaraciones de los personajes acudiendo a su perfil y ver qué último exabrupto ha twitteado Pérez-Reverte (ya lo comenté por aquí en su día), por ejemplo, que intentando que el susodicho les coja el teléfono y responda a sus preguntas. Así, esta semana hemos visto al pobre Álex de la Iglesia, cuyos twitts, publicados en todos los periódicos como si de una primicia se tratara, le han valido salir por patas de la presidencia de la Academia de Cine. Pubrín. Desde aquí, todo mi apoyo, Álex. #todosconalexdelaiglesia, que se dice en Twitter.

Pues bien, uno de mis twitters favoritos es Nacho Vigalondo. Nacido en Cabezón de la Sal, como no podía ser de otra manera, su humor negro, más negro que tu alma, me hace muchísima gracia. Pero creo que no a todo el mundo. Anoche Vigalondo escribió un twitt que causó sarpullidos. Escrito por... lo resume perfectamente en este post. Leedlo, tanto el post como el blog; altamente recomendable.

¿Ya lo habéis leído? Bien, pues entonces entenderéis mi preocupación: aunque me parece muy graciosa la estupidez de toda esa gente a la que le encanta ofenderse y gritar por tonterías, también me quita un poco el sueño. Tengo la sensación de que cada vez somos más mojigatos, tenemos menos sentido del humor, y somos más simples.

Qué aburrido se está volviendo el mundo. Menos mal que aún nos queda Twitter.

martes, 25 de enero de 2011

El final de una larga historia...

... que comenzó así:

“Cada vez que Zapatero iba de viaje a Estados Unidos, ya fuese a la ONU o a una cumbre económica o medioambiental, había un alto cargo americano encargado de ponerle la cabeza caliente y volvía que echaba humo, con prisas para que solucionaramos el tema urgentemente”, relata uno de los asesores de la ley Sinde. Fue precisamente a la vuelta de uno de esos viajes, en el que se entrevistó por primera vez con Obama en la Casa Blanca el 13 de octubre de 2009, cuando el presidente decidió que la ley había que aprobarla ya. Como la Ley de Economía Sostenible estaba a punto de salir -27 de noviembre en el Consejo de Ministros- se decide meter con calzador un apéndice, la bautizada como ley Sinde, que pretende el cierre de webs de descarga por la vía rápida.

Sigue leyendo en Las penas del agente Smith.



lunes, 24 de enero de 2011

De lunes

Por si los lunes no fuesen ya lo suficientemente duros, al de hoy se suma una temperatura que te hace anhelar latitudes más cálidas. De verdad, qué dura es la vida.

viernes, 14 de enero de 2011

Nos vemos esta noche en Piccadilly...

Esta tarde pongo rumbo a la Pérfida Albión. El objetivo: realizar en el extranjero la ya ritual visita a las rebajas de todos los eneros. Cuatro aguerridas consumistas, armadas con sus Visa, Mastercard o American Express, tienen la intención de volver con la maleta llena hasta los topes (al menos, hasta donde Ryanair nos permita) de prendas londinenses.

Tal vez os parezca un delito este planteamiento de viaje, pero pensad que la Tate, el British o el Palacio de Buckingham estarán ahí siempre, y, sin embargo, yo necesito renovar mi fondo de armario ya.

Así que nos vemos esta noche aquí:


jueves, 13 de enero de 2011

Hablando con propiedad: terroristas, que no piratas

Parece que el post que enlacé ayer ha provocado más de una urticaria en el mundo intelectualoide ibérico:
«Hay que luchar por la propiedad intelectual y no dar ninguna tregua a los internautas, porque es como pactar con los terroristas». (Manuel Gutiérrez Aragón, torrelaveguense ilustre y, antaño, director de cine)
Visto en el ABC.

miércoles, 12 de enero de 2011

La cena de los idiotas

¿No os encanta cuando alguien expresa perfectamente algo que piensas pero que no sabes (o te da pereza) explicar correctamente? Pues eso me ha pasado hoy a mí al leer lo que el hijo de Fernando Savater, coeditor de Acuarela Libros, cuenta sobre su cena con la ministra Sindescargas:

Lo que hay aquí es una élite que está perdiendo el monopolio de la palabra y de la configuración de la realidad. Y sus discursos traducen una mezcla de disgusto y rabia hacia esos actores desconocidos que entran en escena y desbaratan lo que estaba atado y bien atado. Ay, qué cómodas eran las cosas cuando no había más que audiencias sometidas. Pero ahora los públicos se rebelan: hablan, escriben, se manifiestan, intervienen, abuchean, pitan, boicotean, silban. En la reunión se podía palpar el pánico: “nos están enfrentando con nuestro público, esto es muy grave”. Pero, ¿quién es ese “nos” que “nos enfrenta a nuestro público”? Misterio. ¿Seguro que el público no tiene ninguna razón verdadera para el cabreo? ¿No es esa una manera de seguir pensando al público como una masa de borregos teledirigida desde algún poder maléfico? ¿Y si el público percibe perfectamente el desprecio con el que se le concibe cuando se le trata como a un simple consumidor que sólo debe pagar y callar?

Lee el post completo aquí.