sábado, 4 de septiembre de 2010

Querido sobrino Gobo...

Me siento como Matt el viajero, pero en lugar de ir visitando los distintos lugares del Mundo Exterior, yo voy conociendo los diferentes distritos madrileños, me instalo en ellos durante un año o año y medio, y luego recojo mis bártulos (palabra, acabo de enterarme, que la RAE no recoge; ¿pero no la usa todo el mundo?) y a por el siguiente. Chamberí, Castillejos, Lavapiés, Ríos Rosas, y ahora Tribunal, no tienen secretos para mí.

Pues sí, efectivamente. Me mudo. Otra vez. Mis días en la plaza de Olavide están contados. Pudiera parecer que le he cogido cierta afición a esto de las mudanzas, pero muy al contrario odio todo lo referente a buscar piso, lidiar con los caseros antiguos para la devolución de la fianza, convencer al futuro casero de tu solvencia económica y de que no eres ningún vándalo deseando destrozarle el inmueble en cuanto te haga entrega de las llaves; y cuando por fin tienes un nuevo hogar, empaquetar todas tus pertenencias y volverlas a colocar como mejor puedas en los escasos metros cuadrados que has logrado arrendar.

Así que estos días estoy de un humor inmejorable pensando la que me espera en estas semanas de cajas y más cajas, cambios de domiciliaciones, firmas de contratos y dolor de riñones asegurado.

Eso sí, una cosa quiero prometer y prometo: juro por esta tierra roja de Tara que esta vez el piso me va a durar más de doce meses. Lo juro.

3 comentarios:

  1. Y qué va a pasar con Marisa?? Es que nadie piensa en ella? La has dejado atrás como un juguete roto!!! Pero bueno, siempre habrá nuevos vecinos y recuerda: mejor lo malo conocido....

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  2. Perdona que le quite importancia a tu mudanza, pero lo que más me impactado de todo es la RAE. ¿Pero esta gente de qué va?

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  3. Diego, majo, que aquí la que os tiene que dar pena soy yo, no Marisa. Además, seguro que ella no tarda en tener nuevos vecinos a los que torturar. Pubrines, estoy por dejarles una carta de bienvenida en casa para que sepan lo que les espera.

    Mara, ¿a que es increíble? No puedo dejar de acordarme de Sousa y su sentencia: "Voy pa´ académico que me mato".

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