miércoles, 19 de mayo de 2010

La invasión de los ladrones de cuerpos

Un clásico totalmente actual.


- Bromas aparte, ¿qué te preocupa?
- Es mi prima.
- ¿Wilma? ¿Qué le pasa?
- Está... pues, está delirando. ¿Conoces a su tío Ira?
- Claro. Soy su doctor.
- Ella está convencida de que no es su tío.
- ¿Cree que no es su pariente?
- No, cree que es un impostor, alguien que sólo se parece a Ira.
- ¿Lo has visto?
- Acabo de venir desde allá.
- Bueno, ¿es el tío Ira o no?
- Claro, es él. Wilma no quiso hacerme caso. ¿Podrías venir para hablar con ella?
- Sally dice que estoy ocupado, pero dile que venga a verme.
- Haré el intento.
- ¿Quieres ir a almorzar?
- No puedo. Veré a papá en la tienda.
- ¿Cuándo regresaste?
- Regresé de Londres hace dos meses. Luego estuve en Reno.
- ¿La ciudad de divorcio fácil?
- Sí. Papá me dice que también estuviste allí.
- Hace cinco meses.
- Lo lamento.
- Yo también. Quise salvar mi matrimonio.
- Bueno, ahora supongo que pertenecemos al mismo club.
- Sí. Pero yo pago pensión alimenticia, mientras tú la cobras.


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